31 jul 2012

Mi perfil favorito


¡Hola a todos!

Regreso tras una gran pausa con algo especial. Lo hice hace algunas semanas pero lo regalé hace muy poco, así que no podía subir las fotos antes de tiempo. 

Se trata de un llavero “original”, y lo pongo entre comillas porque la idea no es mía, sino que la he sacado del blog de mi chico.

Aspecto final del llavero

Detalle.
 El proceso es fácil de mostrar pero difícil de explicar, a ver si lo consigo: 

En primer lugar, hay que coger el perfil que nos guste, imprimirlo y recortarlo. Yo escogí el mismo perfil que veis en la web vinculada, pero con el proceso que os explican allí, podéis escoger el que os guste. 

Después cogí una lámina fina (lo más fina posible con la laminadora de pasta) de fimo color negro, y sobre ella hice las espirales negras que veis, según salían de la churrera. Calculad que la composición sea de un tamaño aproximado al de vuestra silueta de papel recortada y luego simplemente ponéis ésta última encima, pegándola con suavidad pero sin apretar, porque destruiréis el diseño de espirales. 

Una vez el papel estuvo más o menos adherido, cogí una cuchilla fina (un cutter con hoja triangular) y recorté el fimo negro que iba sobrando. Mi consejo es que no vayáis mucho al detalle, y que os centréis en detalles que harán la silueta más reconocible (una coleta, la forma de la barbilla o lo que sea). Ni soñéis con hacer las pestañas, ¡es imposible!

Dejamos nuestra cara a un lado y vamos con la parte blanca. Esta es menos laboriosa porque sólo son rayas, pero difícil porque queremos lo de fuera, no lo de dentro. Coged una lámina fina igual que habíamos hecho antes, y sobre ella a poner rayas blancas salidas de la churrera. 

Luego se coge el mismo perfil recortado y se repite la operación, pero en esta ocasión, os recuerdo, lo que nos interesa es la parte de fuera. lo digo para que eviteis maltratarla mucho.

Con cuidado y paciencia, despegad el fimo blanco de fuera y quitad el retrato blanco que ha quedado (no nos sirve). Luego introducid el retrato negro en medio. A continuación podéis dar un toquecito aquí y otro allá para que las líneas estén bien rectas y para que los detalles que se hayan podido “chafar” en el proceso vuelvan a su sitio.

Es un poco complicado, por lo que no os desaniméis si la primera vez no os sale bien.

Para darle más consistencia a nuestro llavero, yo cogí una lámina gruesa de fimo blanco (3 milímetros más o menos, pero escoged el grosor que prefiráis) y trasladé toda la composición encima.
Presioné un poquito (con cuidado o se chafa, ya sabéis), y luego corté con una cuchilla lo que sobraba.

El agujero para meter luego la cuerda se hace con un cutter con hoja recta y se extirpa sin más el fimo sobrante.

El resto ya lo sabéis: hornear y dejar enfriar antes de pasar un cordel a su través. Yo lijé un poco los bordes para que no fueran tan cuadrados.

Ya tenéis vuestro original llavero.

Espero que os haya gustado.

¡Un saludo y buen verano!

SdC

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